SUEÑOS CUMPLIDOS

lunes, 10 de julio de 2017

SUEÑOS
CUMPLIDOS

Cristina y  Mercedes con 12 años

¿Alguien sabe lo que es tener un sueño? Es tener esa ilusión de que algún día, por grande o imposible que sea esa ilusión, poder conseguirlo y llegar a lograr esa meta que todos nosotros nos hemos propuesto conseguir alguna vez y que algunas veces se ha podido cumplir y otras siempre seguirán siendo lo que son, sueños, porque como dijo una vez alguien: “Los sueños, sueños son”. Pero, como yo pienso que, quien nunca ha tenido un sueño es la persona que siempre se ha conformado con lo que tiene. Realmente pienso que todos hemos tenido sueños que se han podido cumplir porque todos hemos tenido, tenemos y tendremos sueños y la mejor manera de contarlos es la historia que contaré a continuación, así que abran bien sus oídos y los ojos para poder ver bien las letras, ya que en esta historia podremos ver que gracias a algo o a alguien se han cumplido los sueños. - ¿Tú crees que algún día saldremos de aquí? – Bueno, siempre hay que confiar en que alguien nos quiera como si fuéramos sus hijas y no unas niñas que dan pena y nos tienen que coger de aquí para criarnos. –Ya, pero aquí y han adoptado a 7 niñas y nosotras llevamos aquí casi 12 años. – Ah, es verdad que mi mejorar amiga ya va a cumplir 12 años. Como una vieja ya. – ¡Ja, ja, ja! ¡Qué graciosa! Pero si en noviembre es mi cumpleaños, aunque no lo voy a celebrar. ¿Por qué? – Porque ya sabes que mi madre biológica creció en Nueva York y que mi sueño siempre fue que a los doce años ya tendría una familia que me llevaría a Nueva York y que me querría  tanto como no lo hicieron mis padres de verdad. - Pero no te pongas triste, que tienes a mí. – Mercedes ya sé que me quieres mucho y yo a ti también te adoro. Eres como mi hermana, nos hemos criado juntas y además doña Rosario y sor Virginia nos han tratado muy bien y tú lo sabes tan bien como yo. – Ya, pero aquí no se está nada mal y además algún día saldremos. –Sí, claro, con 18 porque ya seremos mayor de edad, y para trabajar, y que intentemos tener un futuro sin nadie a nuestro lado. No seas tan pesimista, además tenemos la misma edad y cuando éramos más pequeñas acordamos que cuando fuéramos mayores seguiríamos siendo amigas. – Ya, tienes razón, hay que seguir creyendo que algún día se cumplirá nuestro sueño de salir de aquí y el mío de ver Nueva York. – Genial, me alegro que hayas vuelto a tu ser de ser tan alegre, pero ahora vámonos que no llegamos en la  clase de matemáticas de doña Rosario que ya sabes cómo se pone. – Sí, tienes razón, vamos.
Mercedes y Cristina con 6 años
Orfanato en el que crecieron las dos amigas
(Seis años después): - ¿Qué haces?, venga que todas se quieren despedir. – Ya voy, es que estoy recogiendo las últimas cosas. – Venga, que no llegamos, ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando? – No, es que al final todos nuestros sueños e ilusiones se han hundido sin haber conseguido nada de nada. – ¡Qué dices! Todavía nos queda toda una vida por delante, Cristina, en la que cumplir otros de nuestros sueños, y además ¿Por qué dices eso? Todavía se pueden cumplir. ¿No? – ¡Qué va! Ya nos vamos y nadie se acordara de nosotras y ,  nos quiera, ni un futuro………… - ¡No digas eso! Sí tendremos un futuro porque somos amigas y siempre nos tendremos la una a la otra pase lo que pase y tú algún día con el esfuerzo y el trabajo que toda la vida conseguirás ser abogada, viajar a Nueva York y tener una familia. - ¿Tú crees? – Por supuesto que sí, pero para eso habrá que trabajar mucho y salir de aquí. Venga que las chicas se quieren despedir de nosotras. – Ya, pero……. ¿Ahora qué?  Que tú vas a vivir a Granada por tu beca y yo a Zaragoza para la universidad. Ya no nos veremos más y  puede que dejemos de ser amigas. Yo no sé qué será de mí  sin ti, porque para mí lo eres todo. Porque tú has sido siempre mi única familia y……… - ¡Madre mía! Ese ha sido tu problema siempre. Te has pasado la vida pensando en el futuro y yo simplemente pensaba en el presente, porque tú no te puedes organizar el mañana, no sabes que pasará por mucho que te lo programes. No sabes si seguiremos siendo amigas ni nada, pero piensa en el presente. Hoy nos vamos de aquí y ahora vamos que todo el mundo quiere despedirse de nosotras. Tienes razón, en fin, vamos,  de verdad, no sé como lo haces pero siempre me animas. – Mujer, sino, no me llamaría amiga ¿no crees? –Sí, quizá tengas razón en todo. – Claro, venga. -  Sí, vamos.
Su sueño era viajar a Nueva York
(20 años después) (Ring, ring, ring) – Abogados Fernández, ¿Dígame? - ¿Cristina, eres tú? – Sí, soy yo, ¿Quién es usted? – Cristina, ¿No te acuerdas de mí? Soy Mercedes. –¿Eres tú? ¡De verdad! Pensaba que nunca más te volvería a ver, ni a escucharte, ¡Madre mía! - Pues ya ves, me he acordado de ti durante este largo tiempo. Ya, ya veo, ¿qué quieres? – Quedar contigo para vernos, te acuerdas de que tenemos una cosa pendiente, ¿verdad? – Sí, tienes razón. - ¿Te parece bien vernos en la cafetería Mirasierra hoy a las 19:30 de la tarde? – Sí, allí estaré. – Muy bien, nos vemos. – Sí, adiós.
(7 horas después) – ¡Cristina! - ¡Mercedes! - ¡Qué alegría! - ¡Qué alegría! - ¡Cuánto tiempo! - ¡Estás guapísima! - y tú también. – Bueno, cuéntame, ¿qué tal te ha ido durante este tiempo, eres abogada, no? – Pues sí, y tengo una familia. – Sí, que bien - Y monté mi propio bufete y la verdad es que me va muy bien. Bueno, ¿y tú? – Yo soy médico y trabajo en una importante clínica privada de Granada y tengo 3 hijos y me va genial. - ¡Qué bien! Me alegro mucho. – Bueno, pero creo que nos ha quedado algo pendiente, ¿no?– Yo creo que sí  - He comprado 2 billetes para Nueva York que salen pasado mañana para hacer nuestro sueño realidad. - ¿Por qué haces eso Mercedes? – Tú siempre seguirás siendo la persona con la que me crie y la que estuvo ahí siempre así que no veo nada mejor que cumplir este sueño a tu lado – Gracias Mercedes, tú siempre estuviste ahí, te quiero mucho. - Y yo a ti. – Vamos que quiero que conozcas a mis hijos. – ¡Ay!, sí, ¡Qué ilusión!

Ya ven, que hay sueños que se cumplen, y sueños que siempre seguirán siendo eso, sueños, pero ya veis que esta historia ha demostrado que por imposible que sean sueños se acabarán cumpliendo porque como dijo una vez alguien:  “Los sueños solo mueren si muere el soñador”.


FIN
Autora: Lucía Melgar García. 6ºA

0 comentarios: